Los llamamos Feddback o Palabra Viva: palabra que recoge el sentir del cuerpo, que esta en conexión con las sensaciones corporales , que las expresa. Es por tanto palabra al servicio del cuerpo.
“Para no olvidar el cuerpo siento que
necesito amarlo, reconocer su sacralidad, la infinita simplicidad de su
comunicación que pasa a través de la infinita complejidad de un recorrido
retrospectivo que me devuelve a la infancia: en la experiencia que acabamos de
compartir he sentido la necesidad de volverme niña y percibir el canto de amor
que emanaba del cuerpo de mi madre, antes de que sus garras me hirieran, sus
palabras me golpearan, sus rechazos me matasen, volver a antes, mucho antes,
cuando un abrazo era un abrazo y ya está, pero en ese abrazo estaba el mundo
entero, el abrazo que me devolvía a la integridad de la que procedía antes de
nacer. No tenía palabras para todo esto, entonces, sabía ser y ya está. Hoy
tengo también palabras y me voy contenta, porque siento la necesidad de que la
experiencia se haga palabra, siento que para comprender a fondo lo que vivo,
necesito contarlo: el relato que nace de la experiencia es recorrido de
conciencia para la experiencia misma... Es difícil este recorrido retrospectivo
para volver a encontrar la pureza tras haberla perdido...”.
Feedback tras una sesión en el suelo, la tierra, en la posición de abrazo de la “Piedad” recibido por una alumna en un grupo de formación.
“Vivo todo esto como un ritual de reapropiación:
entrar en el círculo mágico de esta habitación, llegar a tumbarme en la camilla
de masaje donde mi cuerpo cerrado y entristecido por sensaciones de dolor, vejez, enfermedad ha
re-encontrado memoria y sensibilidad a través del contacto de tus manos que
recrean, recomponen, integran este cuerpo mío en una vivencia unitaria de
plenitud y placer… vivir todo esto en el tiempo ha sido, un poco, como asomarme
con una lupa a mi vida, pudiendo detenerme en los momentos más bellos, más creativos
de comunicación conmigo misma y con otro ser humano y pudiendo evocarlos no
sólo como un pasado que ya no está sino de manera viva, re-atravesándolos, deteniéndome allí donde la urgencia de la
situación real me había empujado más allá, re-escuchándome a mí misma a la luz
del tiempo transcurrido, con la máxima libertad que proviene de no tener una
implicación personal directa con quien comparte esta experiencia de re-atravesar, que solamente me acompaña como un
Virgilio en la exploración de mi mundo interior, en mi descenso a los
infiernos, en mi ascenso al paraíso…”
Feedback tras una sesión en la camilla de masaje recibida por una cliente/protagonista..
“He aprendido a ser roca, como mi abuela, y cuando mi
hijo mayor desarrolló una patología esquizofrénica la roca comenzó a contraerse
excesivamente para poder conservar la fuerza interna. El masaje de Miguel Ángel
ha hecho penetrar el agua dentro de mí. El agua de sus manos, de todo su cuerpo
ha recorrido toda mi mitad izquierda, los órganos internos y sobre todo mi corazón
donde hay una fisura que no se cierra. El agua de todos vosotros, primero
recibida a través de las manos de Miguel Ángel, después en el abrazo recibido
de todos vosotros al final del masaje, me ha hecho experimentar la ternura que
tanto necesito para volver a estar presente en mi vida… Así he comenzado a
percibir que no me hace bien esconder mis sentimientos y mi fragilidad delante
de mi hijo. Sé que dentro de él hay un viento fuerte y que la madre roca da un
sentido de estabilidad, pero si sólo soy roca la fisura se expande y la roca se
partirá… Así que en este momento
milagroso he percibido que no puedo seguir teniendo miedo del agua. El agua que
fluye de mis ojos como lágrimas, el agua que parece frágil, vulnerable pero que
es también fuerte en su flexibilidad.”
Feedback tras una sesión en la camilla de masaje recibida por una alumna en un curso residencial.
“… es una experiencia de rendición, abandono, aceptación de un tipo de
dialogo diferente. Se entra en comunicación con el propio cuerpo a través de la
presencia física del otro. El dialogo es lento, fluido, las diferentes partes
del cuerpo son llamadas y dan una repuesta unitaria que es el ser, el permanecer, el dejarse guiar en el
presente…el énfasis en el contacto no está motivado por una dinámica de
satisfacción más o menos recíproca, no es un viaje con un fin, una dirección
predefinida. Entran en vigor otras reglas de comportamiento que siguen
simultáneamente el flujo de la meditación y la aceptación de la nutrición
absoluta y silenciosa ofrecida por el propio contacto. El cuerpo es restituido
a si mismo, una vez disuelto el temor de la ausencia de control, se impone un
tipo diferente de intimidad. Se reencuentra el estado de reposo animal, la
proximidad a si misma…”.
Feedback escrito
después de varias sesiones de trabajo en el suelo recibidads por una cliente/protagonista.
“La palabra que más me
resuena dentro después de esta experiencia de intercambio es amor
incondicional, contactar con esta paternalidad no biológica que te hace
encontrar lo que de divino hay en el ser humano…”
Feedback en grupo
después de una Sesión Paradigmática (20 minutos de sesión en el suelo, 20 en el agua y 20 en la camilla de masaje).
“Ha sido como prepararse para hacer el amor sin llegar a hacerlo,
no, más bien, ha sido como una madre
que adoraba a su hijo de la cabeza a los pies
no, ha sido como hadas que danzaban sobre mi cuerpo
O, quizás, como ser llenada de luz para prepararme para la ascensión
no, espera, ha sido todo eso a la vez…”
Feedback
de una desconocida después de haber recibido una demostración en público de
masaje sobre la camilla.