La disciplina

El despertar de la conciencia corporal por una nueva alianza entre Cuerpo y Palabra
Fuego: La Comunicación Verbal y No Verbal

La filosomática (del griego φιλος – σομα, "amor por el cuerpo") nace de la maduración de la compleja experiencia personal y profesional del profesor Miguel Ángel Bertrán en la práctica y en la enseñanza de tres importantes métodos de trabajo corporal (M.S.G.®, Watsu, Tantsu).

Es una disciplina que propone una visión integrada de la comunicación humana y que utiliza el contacto físico, la respiración, la mirada y la palabra para la elaboración de las vivencias. A tal fin se vale de la técnica de la meditación, el bodywork holístico y el intercambio verbal en un proceso comunicativo global, proponiéndose como instrumento para el contacto profundo con nosotros mismos, a través del aprendizaje y el compartir vivencial con los otros.

Se inspira en conceptos tales como el fluir del Tao, el rendirse del Tantra, el amor –así como es entendido en el Sufismo y en el Cristianismo– y en alguna concepción propia de la tradición filosófica occidental.

En la formación de Filosomática se desarrollan y potencian las técnicas para trabajar en la tierra, el Agua y el Aire, e incluye también el aprendizaje de otras técnicas específicas de comunicación verbal y no verbal, ejercicios de Sensopercepción y Expresión Corporal, conceptos fundamentales de Psicología Humanística (propuestos a través de la exploración de las vivencias) y diversas técnicas del Yoga.

En cualquiera de las técnicas desarrolladas, la presencia simultánea del contacto en diversas partes del cuerpo propicia, tanto en el operador como en el cliente, una actitud de abandono y de acceso a un estado meditativo profundo. El operador, trabajando con atención abierta (open focus), desarrolla una gran presencia del estar "en el aquí y ahora" que le permite liberar la respiración y vaciar la mente de toda intención terapéutica y por tanto de toda pretensión de hacer un diagnóstico, liberándose de los propios bloqueos, ansiedades y preconceptos.

El operador de Filosomática desarrolla de tal modo la figura del "testigo amoroso" que se coloca en la "dulce espera de lo desconocido", entendida como actitud de escucha profunda, exenta de todo juicio, pero plena de sentido de lo maravilloso, de respeto y amor por cuanto emerge en uno mismo y en el Otro.

En tal contexto el cuerpo reencuentra su carácter sagrado, el misterio de su infinita complejidad y su pertenencia como microcosmos al macrocosmos. El cuerpo, en su vivir, se expresa de modo que puede ser "escuchado" y asumido a un nivel "superior" de conciencia: Cuerpo y Mente llegan a un renovado sentido de integración y a su comunión natural por medio del rendirse recíproco, de manera que pueda ser unido aquello que nunca debía haber sido separado por el dualismo cartesiano.

Finalmente la palabra se pone al servicio del cuerpo, en esta nueva aproximación a la conciencia psico-corpórea: sólo después de haber contactado una nueva visión de nosotros mismos a través del trabajo corporal en meditación (comunicación no verbal), se propone transferirla al plano verbal, para que pueda configurarse en nuestra conciencia como un lugar adquirido al cual poder retornar. Por ello, se da una gran importancia al uso del feed-back (restitución) verbal de las vivencias compartidas experimentadas corporalmente.

La Filosomática se propone como counselling corpóreo, una nueva alianza entre la vivencia corporal y la palabra consciente para la reintegración cuerpo mente.