Escuela


     La Escuela de Filosomática nace como escuela de vida para el crecimiento personal mediante las vivencias de una comunicación integral con el otro y con nosotros mismos. Comunicación integral; no verbal (vivencia de contácto físico en meditación) y verbal (uso compartido de la palabra sentida y viva para elaborar la vivencia) .

     La Escuela de Filosomática esta formada por un conjunto de personas organizadas en diversos grupos de investigación y formación: Su director y creador de la disciplina, M. Angel Bertan, todo el cuerpo de docente y todos los alumnos en formación. Todas estas personas contribuyen al continuo crecimiento y evolución de esta escuela viva, mediante la restitución verbal de sus vivencias dentro de los grupos de formación e investigación. 

     En los grupos de formación se ofrece la oportunidad de compartir experiencialmente mediante abundantes ejercicios y prácticas vivenciales. Estos grupos  se constituyen como grupos de sostén y apoyo en el proceso vivencial. En ellos se trabaja la práctica de la escucha atenta y amorosa, exenta de juicio y conducción. En un proceso de destilación de lo esencial de cada vivencia que es recogido como aportación vital para el crecimiento de cada persona, del grupo y de la escuela.



     Se crea así un proceso continuo de aprendizaje global donde cada persona aprende de todas las demás, donde todas las aportaciones son valiosas si son hechas desde la vivencia, si son palabra viva. Un proceso de exploración personal y grupal de los límites sustentado por la presencia amorosa y atenta de un grupo que nos garantiza el sostén y el aporte energético necesario para permitirnos esa exploración sincera de nuestros límites que nos conduce al crecimiento.

     El grupo se crea también como un lugar seguro al que retornar tras la exploración vital. Un lugar donde ser escuchados, reconocidos y calificados sin juicio ni expectativas. Un lugar donde contar nuestra historia, nuestra verdad, para contrastarla con la humanidad haciendo así reales nuestros logros personales en la trasgresión de nuestros límites, en el conocimiento e integración de más y más partes de nosotros mismos, en nuestra manifestación sobre la tierra como seres cada vez más integrados, más íntegros.

     El propio grupo se constituye como un ser vivo que es concevido al comienzo del ciclo formativo y que crece y evoluciona con el crecimiento de cada uno de sus miembros. Del mismo modo que la escuela crece y evoluciona con el crecimiento de cada uno de los grupos de formación e investigación que la forman. 


 
     Dentro de cada grupo se crean vinculos emocionales que facilitan los procesos de integración de los contenidos formativos. Dichos contenidos van apareciendo como algo que cada persona encuentra por si misma en su exploración vivencial siendo así integrados como algo propio.Todo el proceso se ve enriquecido y validado por los encuentros periódicos que de forma autonoma, sin la presencia de ningún facilitador, realizan los mienbros de cada grupo de formación.


     La Escuela de Filosomática aplica desde el ciclo formativo 2008/2009 una metodología didáctica que busca la coherencia con los principios de la Filosomática. Avandona los patrones imitativos y fomenta el ejercicio responsable y consciente de la propia creatividad de cada participante en los grupos de formación.


      La Escuela de Filosomática de Valencia comenzó su camino el 24 de enero de 2009, cuando M. Angel  Bertrán, creador de la Filosomática, realizó el primer taller abierto de Invitación a la Filosomática que más tarde se convertiría en la Matriz de Filosomática. Desde entonces hemos venido impartiendo estos talleres cada mes en el Centro YAM (Valencia).

      Así fue posible presentar en qué consiste la propuesta de la Filosomática, y en octubre de 2009 comenzar la primera formación en Valencia. Se trata de una oportunidad que el universo y la vida nos brinda, un espacio y un tiempo adecuados para vivir experiencias de comunicación profunda con nosotros mismos y con los demás, gracias a un contacto real con nuestro ser y nuestra conciencia, siempre a través de nuestro cuerpo, del contacto físico en meditación y de la palabra viva del feedback.